La esteatosis hepática es una acumulación excesiva de grasa en el hígado y se estima que afecta al 30% de la población general. Aunque habitualmente la función hepática no se encuentra alterada en estos pacientes, su diagnóstico es muy importante porque se considera un marcador de riesgo para presentar en el futuro diabetes, hipertensión, dislipemia y obesidad, de esta manera el diagnostico de esteatosis hepática nos permite identificar a una población en la que la implementación de medidas profilácticas podría impedir la aparición de enfermedades crónicas, incrementando la calidad de vida y la supervivencia de las personas.Por otra parte, un 5% de la población presenta una variante de la esteatosis, en la cual existe inflamación hepática asociada al depósito de grasa, esta fase de la enfermedad se conoce como esteatohepatitis y son precisamente este grupo de pacientes lo que están en riesgo de presentar una enfermedad hepática relevante a largo plazo. En estos casos, el colesterol y los triglicéridos acumulados son capaces de inducir cambios inflamatorios de carácter crónico dando paso con el tiempo a la aparición de fibrosis e incluso de cirrosis hepática. Estudios recientes han demostrado que las personas con esteatohepatitis en los que se asocie al menos tres de las siguientes condiciones, tienen un incremento del riesgo de presentar fibrosis hepática significativa: Elevación de los niveles de azúcar en sangre, colesterol o triglicéridos elevados, sobrepeso, hipertesión o una edad superior a 45-50 años.
